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Reflexión para la Gerencia, «Dedícate unos minutos»

Reflexiona. Es seguro que jamás has vivido una situación como ésta, no puedes acudir a tu experiencia. Antes de tomar cualquier decisión ten en cuenta que TODOS estamos en una situación absolutamente desconocida. Esto vale tanto para ti como para todos aquellos con los que te relaciones en estos días de estado de alarma y, cuando éste acabe, seguirá así durante varios meses. Por ello, ten en cuenta que:

  • Si tu estás nervioso, los demás más.
  • Si tú estás sin saber qué hacer, los demás también.
  • Si pretendes aplicar tus políticas empresariales del pasado, lo más probable es que no funcionen.
  • Si eres cortoplacista para intentar salvar tu empresa, los resultados serán cortoplacistas. Tu empresa vivirá lo mismo que tu visión.
  • Si entras en pánico, cundirá el pánico en todos tus stakeholders.
  • Párate a pensar. Es tu rol, tu labor y tu obligación. Eres el líder.
  • Ayúdate de todo tu personal de confianza. Especialmente de los mandos intermedios, incluso si alguno no es de “tu cuerda”; puede que estos sean los que te dirán las cosas que no quieres oír y que pueden ayudar con más impulso a la recuperación de la empresa.

Se el líder, pero de verdad. Si en los años pasados has trabajado esta habilidad, este rol, no te será complicado. Ahora es cuando hay que ponerse al frente para transmitir que “todo va a ir bien”, no por tranquilizar o pensar que es lo que tu gente quiere escuchar, sino porque lo crees de verdad y porque demuestras que vas a estar al frente. Si tu pensamiento es otro, mejor no intentes ejercer de líder ni seas el comunicador de tu empresa frente a los stakeholders; fracasarás por no ser creíble.

Plan B. Cuando te comuniques con tus stakeholders, no esperes un “lo que tú digas” o “es verdad, tienes razón”. Como empresario ya sabes que casi todo el mundo pone objeciones ante cualquier propuesta que, piensan, te beneficiará más a ti que a ellos. Antes de cualquier contacto, prepara una serie de argumentos frente a esas objeciones. De nuevo, recuerda que la situación es totalmente nueva; no esperes iguales contestaciones que en el pasado por cualquier circunstancia: precio, entrega, servicio, valor; lo que sea.

Innova. Más fácil de decir que pensar que de aplicar. Nos vamos a encontrar en un panorama en el que todos estaremos mirando para todos los lados (con los ojos fuera de la órbitas). ¿Qué hago para salvar los muebles? ¿Cómo convenzo a mis clientes para que me sigan comprando? ¿Mis trabajadores están “a muerte” con la empresa y conmigo? Si ya hiciste los deberes en años anteriores es probable que las respuestas estén resueltas al 50%, pero todos los stakeholders están desorientados (como tú). Innova, piensa:

  • ¿Qué puedo hacer diferente a lo que hace la competencia? Que está pensando lo mismo que tú para salir de ésta.
  • ¿Cómo consigo salvar mi patrimonio personal y al mismo tiempo el de los trabajadores y sus familias?
  • Una vez saquemos la cabeza, en lo económico, ¿debo pensar en nuevas líneas de negocio? ¿Soy capaz de liderar el cambio? ¿CÓMO?

Descansa y diviértete. Suena a desvarío, pero si no te creas un tiempo para NO pensar, todos los que depende de ti estarán perdidos. Disfruta de tu familia, de tus aficiones en casa, de estar tumbado en el sofá.

Proyéctate. A no ser que sean un megalómano o vivas ajeno a la realidad, ya sabes que el Plan A no es aplicable, y lo más probable es que tampoco el B. Proyecta. Piensa. Escribe. Todos los escenarios que seas capaz de visionar son una salvaguarda para ir pasando de letra. Incluso la Z vale, aunque sea el peor escenario posible. De una letra a otra, haz estrategias por si la anterior no ha resultado.

Actúa. No dejes que tus miedos te bloqueen. Eres el líder, no te lo puedes permitir. Una vez has reflexionado, si has tomado una decisión aplícala con convicción. Lo peor que te puede pasar es que te equivoques.

Yo soy yo y mis circunstancias. Es una frase de Ortega y Gasset recogida en su obra “Meditaciones del Quijote” (1914). Es cierto que eres el que toma (debe tomar) las decisiones, pero ten en cuenta que no todo (en estos días quizá casi nada) depende plenamente de ti. Tomarás decisiones acertadas que terceras personas, organismos, gobiernos o a saber qué o quién, tirarán por tierra. Si la decisión era la correcta en el momento que la tomaste y la aplicaste, era la correcta. No la defenestres si ha ido mal, es seguro que puedas aplicarla en este futuro cercano que cambia casi cada 24 hs.

Recupera. Entra en contacto con antiguos amigos, contactos empresariales ya jubilados, entorno personal que no tenga nada que ver con tu empresa. Da por seguro que, al menos, uno de ellos puede darte la clave para salir del túnel en el que te encuentres con un pensamiento, iniciativa o desazón. No desdeñes ninguna idea. Incluso algún antiguo compañero del colegio o universidad puede estar viviendo una situación en su sector que tú puedas reconvertir y aplicar. Si es así, dale las gracias.

Sé generoso. Hay una álbum de Joaquín Sabina que se titula “Yo, mi, me contigo”. No lo conviertas en “yo, mi, me CONMIGO”. Aunque no te reporte beneficio económico o de otra índole, ayuda a otros empresarios. Sí, también de tu propio sector aunque sean competencia directa.

Los superhéroes, en la películas. Sí, debes dirigir. Sí debes ser fuerte, Sí debes marcar el ritmo cuando nadie sepa cual es la canción; pero no eres un superhéroe. Comparte con los tuyos, los de verdad, tus miedos, tu “no sé que hacer ahora”, tus derrumbes y tus inseguridades. Te comprenderán, sin reproches, y serán tus puntales para seguir en pie y con más fuerzas.

Empieza un libro. Uno que te enganche y que te aporte aprendizajes para la dirección de la empresa o personales.

Anota todas tus ideas en algún cuaderno. Cuando todo esto acabe te vendrá bien tener por escrito lo que pensaste, por descabellado que parezca después, o aquello que quieres hacer cuando todo vuelva a la normalidad. Ve anotando, también, hitos importantes que sucedan durante este tiempo; anécdotas, ideas de alguno de los infinitos videos que recibes por redes sociales o mensajería digital, algo especial de algún trabajador en lo humano o en lo profesional. Te aseguramos que lo necesitaremos a la vuelta.

Personas-Procesos-Proyectos-Finanzas. Todo en lo que recapacites ahora como posibles cambios a aplicar, debe llevar una reflexión en estos cuatro campos vitales y debe acoplarse a todos ellos. Analizado, medible, viable y financiable. Enfócate a las personas sin olvidarte de aquellos empleados con menor nivel jerárquico en el organigrama.

Aprovecha para estar bien físicamente. Es muy importante. No te dejes llevar por rutinas desfavorables. Tanto si ya has podido salir del confinamiento para ir al despacho, como si aún están en confinamiento, no dejes que excepcionalidad te genere una excusa para una dejadez personal. Todos los días debes prepararte con más cuidado y voluntad que incluso antes del estado de alarma. Cuida tu dieta (es un buen momento si ya llevabas tiempo pensándolo); no consumas más alcohol que el que te permita brindar porque queda un día menos; y duerme, esta vez si, 8 horas diarias, las vas a necesitar.

“Recuerda, siempre, que la autoridad se ejerce, el poder se ejecuta, la influencia se nos otorga; es el momento de influenciar debidamente a nuestra vuelta”

Fuente: oportunidadesyestrategias .com